Los niños son propensos a problemas específicos, vinculados con su edad y su sensibilidad. Pueden sentir por ejemplo estrés, tristeza o bien cólera; emociones que suelen quedarse bloqueadas dentro de ellos. La hipnosis les permite liberarse de estos bloqueos y recuperar la confianza.
Si el niño es menor de 8 o 9 años o si no puede tumbarse durante la sesión, se practicará la hipnosis conversacional. El objetivo es de inducir el niño en hipnosis a través del juego y transmitirle un mensaje. En vez de contarle una historia, se la haré vivir. Vivirá la historia a través de mándalas, sombras chinas, marionetas o juegos de cartas.
El juego permitirá al niño sentirse más cómodo y favorecerá su comunicación y su concentración (actividades cortas y variadas para que se pueda quedar concentrado toda la sesión)
El niño va a poder coger confianza en él, encontrar su lugar en la familia, y le ayudaré también a destacar sus emociones.
Para los niños mayores de 8 o 9 años y si el niño llega a relajarse y a concentrarse, haremos una sesión, parecida a la de un adulto, pero con historias adaptadas a su edad. Es decir que le preguntaré lo que a él/ella le gusta para dirigirnos hacia un ámbito que le guste.
En general, una sola sesión es suficiente para poder desbloquear todo, pues los niños son muy receptivos a la hipnosis.